lunes, 4 de julio de 2016

Bienaventurados los que critican...

Alguien me comentó que mi blog es algo superficial y que debo tocar temas más profundos. Me recomendó que no hable más de mi pasado en la televisión porque aburre. ¿Es una crítica constructiva? Sí, no lo dudo, y agradezco su franqueza; por decirme lo que piensa y no lo que yo esperaba o quería escuchar.


Es difícil asimilar la crítica con buen ánimo, sobretodo cuando es alguien que admiras o que consideras que tiene experiencia. Hay gente que se desanima o se deprime, otros se molestan con la persona. Sea para bien o para mal, la crítica te quema el ego.

En el calor del debate político, podemos ser testigos de la poca tolerancia y casi nulo respeto a la libertad de expresión. Ofensas vienen y van, hasta el punto que empiezan a caerse las máscaras. La "consulta" para supuestamente escuchar la opinión de "todos" los sectores involucrados en determinado tema, se convierte en un concurso para ver quién tiene más popularidad. 

Nadie se salva. Opina... y prepárate, porque una pequeña chispita, puede encender tu mini colita o tu gran "cola de paja". La lluvia de piedras, cae sin parar sobre los techos de vidrio y si no tienes pasado oscuro, algún defecto te encontrarán o te inventarán.

No soy psicóloga, pero sí puedo opinar sobre lo mucho que le cuesta a nuestros gobernantes y miembros de la clase política, el asimilar positivamente las críticas. Ojalá reflexionen sobre esto.

Todo está en la mente, el enemigo es tu propio ego. Atacar, no es una reacción del amor propio, para mí eso es orgullo. Es bueno estar pendiente y revisarnos internamente cuando recibimos una crítica y sentimos incomodidad. En esa molestia puede esconderse algún aspecto o tema que podemos mejorar en la vida.


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