jueves, 13 de julio de 2017

Somos hijos

"¿Qué harías si tu hijo el día de mañana te dijera que es homosexual?", esta pregunta me la hizo mi colega Mauricio Valenzuela de Claramente, en medio de un diálogo franco y abierto durante mi programa radial #Siemprelomejor. Me miró fijamente y yo rápidamente respondí: "No quiero pensar en eso en este momento". Ya habíamos platicado antes de salir al aire que a la hora que se transmite mi programa hay niños escuchando.

¿Qué creen? En el busito colegial en el que viaja mi hijo, venían escuchando la emisora (FM99.3). La señora que maneja el bus, me envió un chat saludándome. ¡Qué coincidencia!

Al llegar a casa, lo primero que hice fue preguntarle a mi hijo si había escuchado mi programa.
Yo: "Rod, ¿escuchaste mi programa?"
Rod: "Sí, mamá. Escuché cuando el señor te preguntó que qué harías si tu hijo te dijera que es homosexual... jajajaja"
Yo: " ¿y qué respondí al señor? "
Rod: "Yo no quiero pensar en eso en este momento"
Yo: "¿Tú sabes lo que es ser homosexual?"
Rod: " Sí mamá. Cuando un hombre gusta de otro hombre"
Yo: "Ah bueno....(pausa y cambié de tema)

Quizás se preguntarán por qué no dije algo a favor o en contra de la homosexualidad, como hemos leído y escuchado en los medios en los últimos días; pues por una importante razón, porque deseo con el alma que mis hijos no juzguen a las personas, que aprendan a respetar y apreciar a los demás por su humanidad.

Apoyo al movimiento que busca rescatar a la Familia. ¿Cuántos no quisieran haber crecido con su mamá y papá juntos?

Mis padres cumplieron 43 años de casados;  en cambio, yo le negué esa oportunidad a mis hijos al tomar la decisión de separarme de sus padres. Sí, porque tuve dos hijos, dos matrimonios. No puedo decir que "ojalá hubiera hecho las cosas bien" porque mis hijos son mi mayor bendición, pero sí puedo como madre enseñarles que en la vida a veces tomamos decisiones equivocadas o decisiones con nuestro nivel de educación, madurez o crecimiento espiritual  y que juzgar a los demás, no hará pequeños nuestros errores, ni resolverá los problemas.

Rescatar a la Familia es decirle a nuestros hijos que estaremos con ellos, por ellos y para ellos, pase lo que pase. Que jugamos en el mismo equipo. Que como madres o padres queremos ser los primeros en enterarnos de sus preocupaciones o tristezas. Que si necesitan una ayuda o apoyo, nos pregunten sin temor.

Hoy marcharé como madre, hija, hermana y amiga. Tengo una gran familia que me ama y es lo que quiero exaltar hoy. Que venga la unión y el perdón dentro de cada familia. Que hoy los corazones de todos se llenen de paz.

Guardemos en el closet los insultos, odios y ataques. Tú tienes la oportunidad de acercarte a tus familiares, pedir perdón o expresar tu amor. La vida es corta. Antes de salir a la marcha piensa cómo está la relación con tus hijos, con tu pareja, con tus padres... y sobretodo si lo que defiendes, si lo que amas, es coherente con tu verdad, con tu conciencia.





martes, 6 de junio de 2017

COHERENCIA: Entre la honestidad y la autenticidad.



Cada día nos vemos forzados a ser lo más auténticos posible, a ser honestos con nosotros mismos, que haya coherencia entre nuestras acciones y nuestras palabras.



Qué fácil es criticar, juzgar, opinar y callar. Pasar al nivel de la acción, de la búsqueda de soluciones y de trabajar para mejorar lo que nos parece que anda mal en nuestro país, cuesta. No se trata de falta de dinero, falta de tiempo o incapacidad; es el miedo a quitarnos las máscaras y dejar al descubierto que también hemos cometido errores.

La vida me ha permitido conocer qué se siente cuando lo que dices, no concuerda con tu realidad. Con la llegada de las redes sociales, pude constatar que la gente puede creer que tienes una vida fácil y llena de éxitos. Que pocos se atreven a mostrar su verdad, porque eso significaría perder oportunidades de trabajo o clientes, incluso hasta perder seguidores, porque la gente busca motivación. Por otro lado, he visto gente hablar de religión y a la vez juzgar duramente al prójimo. Cuando todas las religiones hablan de amar hasta al enemigo, pues amar al amigo lo hace cualquiera.

La mayoría de los problemas que estamos viviendo han sido por mala comunicación y la falta de transparencia en la información, que son la base para la toma de decisiones. Veo cómo se pierde el tiempo en debates insanos y estériles. Parece una competencia para ver quién sabe más estadísticas o conoce sobre el problema, pero cuando acaba el show, no se toman decisiones, porque hace falta una ley o porque alguien tiene que dar la orden para que se haga.

El tiempo corre y la indiferencia pasa su factura. Podemos llenar los noticieros y programas de opinión con entrevistas, reportajes bonitos analizando una y otra vez, los problemas de siempre. Como si tuviéramos Alzheimer y no supiéramos lo que tenemos que hacer.

Me atrevo a decir que todos los que nos han gobernado son iguales. Llegan con el mismo entusiasmo y luego quedan como zombis, mareados por los elogios de sus cercanos colaboradores y las fuertes críticas de los medios y la oposición. No he visto hasta el momento un político sensato, que aproveche esas críticas para tomar sus decisiones, y evitarnos los sinsabores que trae consigo la improvisación y el miedo a la impopularidad.

Cuando en este país empecemos a hacer, lo que tenemos que hacer, cuando lo tenemos que hacer y como se tiene que hacer, veremos el verdadero cambio.


Les deseo siempre lo mejor. 


domingo, 14 de mayo de 2017

BESANDO MIS MIEDOS




En diciembre del año pasado, la vida me obligó a pasar a la lista de trabajadores independientes.  Sí, no fue una decisión, fue por obligación. Por suerte, ya he pasado por situaciones y circunstancias que me obligaron en su momento a reinventarme, pero nunca había experimentado que el otro lado terminara la relación laboral, siempre había sido yo la que buscaba nuevos horizontes u oportunidades.