En los últimos días, en Panamá se ha intensificado el debate sobre la necesidad de educar a nuestros niños y niñas sobre su sexualidad. Y no es para menos. Las cifras de embarazos y enfermedades de transmisión sexual en adolescentes es alarmante. (Ver foto diario La Prensa)
Para mi un consejo básico y directo frente a esto, sería algo como: Para evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual, tienes que utilizar condón. Si no quieres tener hijos, tienes que tomar anticonceptivos. También puedes abstenerte y no tener relaciones sexuales.
En mi adolescencia, lo más directo que escuché en la escuela (católica) fue: "si tienes relaciones sexuales antes de casarte, es pecado."
La verdad no sé si es que yo falté a las clases sobre sexualidad, porque solo recuerdo una especie de charla y video bastante conservador, en sexto año.
En mi casa, los comentarios eran indirectos: "las niñas se dan a respetar", "Las niñas no van a casa de sus amigos, si no están sus papás", "Cuando vas a casa ajena, el cuarto de las personas es sagrado. Es una falta de respeto entrar en las habitaciones de las personas" y la que más ronda en mi cabeza y repito a mis hijos es: "La gente estudia, consigue trabajo, se casa y luego tiene hijos."
Cada uno de nosotros recordará cómo y cuándo le llegó la información triple X a sus ojos y a sus oídos, y si esa experiencia le afectó o mejoró la vida.
Como padres debemos confrontar nuestros temores, prejuicios o quizás el miedo de que nuestros hijos pierdan su inocencia. La realidad nos está superando.
Curiosamente hoy se tiene más acceso a la información y aún vemos casos de mujeres y hombres, adultos profesionales, con VIH o con embarazos "no deseados". Pensamos que tal vez se les olvidó tomar precauciones en el calor del momento, pero también se trata de un asunto de confianza, comunicación y respeto entre parejas.
Cuando indagas, escuchas que: "Ella usa pastillas anticonceptivas, y olvidó tomarlas", "Creía que su pareja le era fiel, por eso no usaban condón."
El tema tiene tantas aristas y hay una que siempre me viene a la mente, la necesidad de hablar sobre el amor, empezando por el amor propio.
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